
Las exportaciones de Brasil hacia los países del Mercosur totalizaron USD 23,8 mil millones entre enero y noviembre de 2025, según datos difundidos por la Secretaría de Comunicación Social (Secom). El resultado representa un crecimiento del 30% en comparación con el mismo período de 2024 y refleja, principalmente, el aumento de las ventas destinadas a Argentina, principal socio comercial de Brasil dentro del bloque.
El desempeño del comercio exterior con el Mercosur se produce en un contexto de intensificación de los flujos logísticos regionales, que involucran operaciones de transporte por carretera, ferrocarril, puertos e integración aduanera entre los países miembros. El crecimiento de las exportaciones exige una mayor coordinación entre las cadenas de suministro, terminales aduaneros y corredores logísticos que conectan el mercado brasileño con los destinos del Cono Sur.
En sentido contrario, las importaciones brasileñas provenientes de los socios del Mercosur sumaron USD 16,9 mil millones en los primeros once meses de 2025. El volumen representa una contracción del 4,1% en comparación con el mismo período del año anterior, lo que indica una reducción en el flujo de entrada de mercancías del bloque hacia el mercado brasileño.
La información fue distribuida por la Secom a la prensa antes de la 67ª Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados, realizada en Foz do Iguaçu, en el estado de Paraná. El encuentro reúne a representantes de los países miembros para debatir temas relacionados con la integración económica, el comercio exterior, la infraestructura y la logística regional.
Según el mismo documento, el intercambio comercial entre los países del Mercosur ha registrado una expansión significativa desde la creación del bloque. En 1991, el volumen del comercio intrarregional era de USD 4,5 mil millones. En 2024, ese valor alcanzó los USD 49 mil millones, a pesar de una reducción del 1,6% en relación con 2023.
La evolución del comercio intrabloque a lo largo de las últimas décadas refuerza el papel del Mercosur como un eje relevante para la planificación logística de las empresas que operan en la región. El movimiento de cargas entre los países exige inversiones continuas en infraestructura, integración regulatoria y eficiencia operativa para sostener los flujos de exportación e importación en el largo plazo.
Las mujeres representan alrededor del 12% de la fuerza laboral en transporte y supply chain, según la OIT, y siguen subrepresentadas en cargos de decisión
La participación femenina en la logística continúa siendo limitada, especialmente en posiciones de liderazgo, a pesar de la relevancia del sector para la economía y del creciente debate sobre diversidad corporativa. Datos de la International Labour Organization (OIT) indican que, a nivel global, las mujeres representan aproximadamente el 12% de los trabajadores en las áreas de transporte y supply chain, porcentaje que evidencia la asimetría de género en un segmento estratégico para las cadenas productivas y los flujos comerciales.
En Brasil y en otros mercados, la logística concentra actividades operativas, administrativas y estratégicas que requieren toma de decisiones, gestión de riesgos y coordinación de procesos complejos. Aun así, la presencia femenina sigue siendo reducida tanto en entornos operativos como en oficinas, especialmente en cargos de gestión de centros logísticos, comités ejecutivos y consejos estratégicos.
El debate sobre la paridad de género en el sector ha pasado del plano conceptual a indicadores asociados con la competitividad y la madurez organizacional. Especialistas señalan que la exclusión de una parte significativa del capital humano limita la capacidad de las empresas para responder a desafíos como la innovación, la eficiencia operativa y la sostenibilidad a largo plazo.
Si bien empresas del sector han adoptado iniciativas orientadas a la diversidad, la evolución ha sido gradual. Informes internos y estudios de mercado muestran que el número de mujeres en posiciones de liderazgo crece a un ritmo inferior al observado en otros segmentos de la economía. La brecha entre los compromisos públicos y los resultados efectivos sigue siendo uno de los principales puntos de atención.
Entre los factores que explican este escenario se encuentran los sesgos en los procesos de reclutamiento y promoción, así como percepciones históricas que asocian la logística con un entorno predominantemente masculino o excesivamente técnico. Estas visiones han sido cuestionadas a medida que el sector atraviesa transformaciones vinculadas a la digitalización, la automatización, el análisis de datos y la integración de cadenas globales, áreas que amplían el conjunto de competencias requeridas de los líderes.
Frente a este contexto, empresas de logística han establecido metas medibles para ampliar la participación femenina en cargos de gestión. Algunas organizaciones anunciaron compromisos de alcanzar hasta un 50% de mujeres en posiciones de liderazgo para 2030, acompañados de revisiones en las políticas de recursos humanos para priorizar criterios de evaluación basados en competencias. Programas de mentoría y acciones de formación interna también han sido implementados como instrumentos para ampliar el acceso de las mujeres a posiciones estratégicas.
El debate sobre la paridad de género en la logística también involucra a clientes, socios y autoridades públicas, que presionan por prácticas más transparentes e indicadores claros de evolución. La integración de políticas de diversidad a los criterios de desempeño corporativo ha sido señalada como un camino para alinear equidad, eficiencia operativa y resultados económicos.