El mercado de camiones sigue bajo fuerte presión macroeconómica y cerró mayo de 2025 con 8.087 unidades matriculadas, lo que representa una caída del 5,01 % en comparación con el mismo mes del año anterior. Es el segundo mes consecutivo de retracción en el sector, resultado directo del encarecimiento del crédito debido al aumento de la tasa Selic y del IOF.
Entre enero y mayo de este año se registraron 35.073 matriculaciones de camiones, frente a 38.213 unidades en el mismo período de 2024 —una caída acumulada del 8,2 %. El desempeño contrasta con el crecimiento observado en otros segmentos automotrices, como automóviles, vehículos comerciales livianos y motocicletas, que en conjunto impulsaron un aumento del 7,9 % en las matriculaciones de vehículos en el país.
Según Arcelio Junior, presidente de Fenabrave, el sector enfrenta un momento particularmente desafiante. “El aumento de la tasa Selic, que hoy está en el 14,75 % anual —la más alta en casi dos décadas—, sumado al alza del IOF, ha restringido fuertemente el acceso al financiamiento, dificultando la compra de vehículos pesados”, evalúa el ejecutivo.
La dificultad para acceder al crédito afecta especialmente a las empresas de transporte que operan en sectores clave como el agropecuario y el de la construcción, altamente dependientes del financiamiento para renovar sus flotas. Aun así, Fenabrave mantiene, por ahora, sus proyecciones de ventas para el año, aunque admite que podría revisar las estimaciones tras el cierre del primer semestre.
Implementos viales acumulan cinco meses de retracción
El mercado de implementos viales también muestra cifras negativas. En mayo se matricularon 4.189 unidades, una caída del 13,12 % en comparación con mayo de 2024. En el acumulado de enero a mayo, las ventas suman 20.225 unidades, frente a 24.600 en el mismo período del año pasado —una reducción del 17,8 %.
Para Arcelio Junior, la retracción en el segmento de implementos se debe directamente a la priorización por parte de los transportistas de la renovación del camión completo, en lugar de la adquisición de nuevos remolques y semirremolques. “Con el crédito más caro, el transportista elige renovar todo el vehículo y pospone la compra de implementos”, explica.